Exvoto de Almaciles
El exvoto de Almaciles, como así consta en
diversas publicaciones de arqueología, fue encontrado por Mariana Sánchez
López, vecina de esta localidad, en el año 1967.
El
hallazgo de este pequeño caballo de bronce se produjo en las inmediaciones de
la fuente del cortijo de Casa Vieja (unos 3 kilómetros al noroeste de
Almaciles), donde Mariana se encontraba lavando ropa en una pila que para este
menester había y aún sigue existiendo en ese lugar.
Fuente de Casa Vieja |
Rememorando este hallazgo, en el verano del
2014 tuve una conversación con Mariana en su casa de Almaciles en la que
también se encontraban una de sus hijas y algunos de sus nietos y bisnietos. A
pesar del tiempo transcurrido y a su avanzada edad, en esta conversación
Mariana mostró una lucidez y una memoria envidiable, tal y como muestran sus
palabras:
«…Por aquellos años estaba yo de «moza» con
Dolores de Marcial y un día me llevaron a lavar ropa a la fuente de Casa Vieja, donde una vez
lavada, la poníamos a secar encima de los enebros y sabinas que hay alrededor de dicha fuente. En uno de esos momentos
vi en el suelo, entre las piedras y la tierra un objeto de color oscuro, el
cual cogí y observé que era una figura de metal con la forma de un caballo. Me
la llevé a Almaciles y en los días siguientes se la enseñé a varios vecinos y
también a don Rafael, el cura, el cual me pidió que se la dejara para averiguar
el origen y el significado de aquel caballo, que por cierto, después
no me lo devolvió»
Quien esto escribe tuvo la oportunidad de
ver esa figura de bronce unos días después de que Mariana la encontrara, ya que
nos la mostró a varios vecinos y al entonces cura párroco de Almaciles, don
Rafael Carayol Gor, quien le solicito a Mariana la cesión del caballo para
proceder a su catalogación, entregándolo años después al Museo Arqueológico de
Galera donde se muestra en una de sus vitrinas.
Don Rafael, que fallecido en 2001, fue un
estudioso de la historia de esta comarca como demuestran los trabajos y publicaciones
realizados sobre la misma.
Mariana en compañía de bisnietos |
No fue casualidad que en Casa Vieja
apareciera una figura de bronce habida cuenta que unos metros más arriba se
encuentra la «Molata», donde existe un yacimiento Ibérico cuya cronología data de
los siglos IV y I a.C., y más abajo del cortijo, junto al barranco,
hay claros indicios de un santuario ibérico de la misma época donde también han
aparecido figuras antropomorfas y zoomorfas de dicho metal.
Una de las formas por la que el pueblo
íbero expresaba el agradecimiento a sus dioses y divinidades, era por medio de
pequeñas figuras de piedra, terracota o bronce que depositaban en santuarios
como ofrendas o promesas a cambio de protección, bienestar, salud, prosperidad,
etcétera, de ahí su denominación de exvotos.
Esa tradición ha seguido perdurando a
través de los siglos en los templos cristianos. En el siglo pasado aún se podían ver en la Hermita de Las Santas figuras de cera como pies, manos, cabezas…
incluso algún mechón de cabello, o velo de novia.
Otro lugar donde aún perdura esta tradición
es en el santuario de la Esperanza (Calasparra).
Juan García Tristante.
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